Andar por viñas cuando fuera es bajo cero o cuando la tierra se agrieta por el calor, emocionarme por vinos que son fruto de un apasionado esfuerzo cotidiano, estrechar manos manchadas de tierra y de vino, no olvidar la mirada de las personas que viven con paciencia alrededor de la viña.
Emociones y curiosidad me guían en el inmenso panorama vitivinícola italiano para encontrar pequeñas joyas.
Esta es mi manera de vivir el vino y la vida, desde hace quince años, cuando empecé a importar vinos de Italia y abrí la primera tienda en España de vinos y destilados exclusivamente italianos.
El tiempo ha pasado, pero yo sigo fiel a mi filosofía de ofrecer a restaurantes y tiendas los vinos de los cuales me he enamorado, vinos que reflejan el terroir, que son el eco de tradiciones antiguas, acompañados por una mínima intervención y un trabajo realmente artesanal.
Vendo los vinos que amo: vinos de verdad, vinos para beber, buenos, limpios y justos.